Qué es la caminata hidroeléctrica, la forma de caminar que adelgaza y mejora el equilibrio más que la caminata nórdica

Si te gusta hacer ejercicio al aire libre y quieres ponerte en forma, la caminata hidroeléctrica es el deporte perfecto para ti: de bajo impacto, en plena naturaleza y con muchos beneficios para la salud, incluido la pérdida de peso y combatir el estrés.

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La hidrocaminata mejora el equilibrio y la coordinación, fortalece los músculos y potencia la quema de calorías.

Celia Perez León
Celia Pérez León

redactora especializada en estilo de vida y nutrición

De los beneficios que tiene salir a caminar de forma habitual se ha hablado largo y tendido. Y de las ventajas que los deportes acuáticos tienen para la salud, otro tanto. Pero ¿y si combinamos estas dos actividades en una sola? Entonces obtenemos la caminata hidroeléctrica, un tipo de ejercicio que combina caminar con los ejercicios de resistencia que implica moverse en el agua.

Sí, como habrás podido adivinar, este nuevo tipo de entrenamiento que se ha puesto muy de moda consiste en caminar en aguas poco profundas, como ríos, la orilla de la playa u entornos similares. Además de ser una actividad al aire libre, en la que la diversión y la sensación de bienestar está garantizada, ofrece grandes beneficios para el cuerpo de los que hablaremos a continuación.

¿Qué es la caminata hidroeléctrica y por qué es buena para la salud?

La caminata hidroeléctrica, también conocida como hydro walking o aquatic walking, es una actividad física que mezcla la caminata con ejercicios de resistencia. Por lo general, se hace en aguas poco profundas, como ríos, playas o piscinas especializadas. Al caminar dentro del agua, aumenta el esfuerzo que debemos hacer para mover las piernas y se potencia la quema de calorías.

Esto ya de por sí es un gran beneficio para la salud. Pero no es la única ventaja que presenta a hidrocaminata. Entre sus principales ventajas, hemos destacado las siguientes:

Es un ejercicio de bajo impacto

Para empezar, la caminata hidroeléctrica es un ejercicio de bajo impacto. ¿Qué significa esto? Que, pese a que nos obliga a hacer bastante fuerza y es una práctica exigente, la tensión en las articulaciones es mínima. Esto hace que el riesgo de sufrir lesiones se vea reducido drásticamente.

Además, al tener un bajo impacto en los músculos y las articulaciones, es una actividad física perfecta para personas de cualquier edad y en cualquier nivel de forma física. Es decir, incluso si hace mucho tiempo que no practicas ningún deporte, podrás hacerlo sin problemas y sin poner en riesgo tu salud.

Fortalece los músculos

A diferencia de la caminata sencilla, que hacemos cuando damos un paseo, la hidrocaminata no es solo un ejercicio aeróbico, sino de resistencia. Combinando estas dos características obtenemos un ejercicio que no solo nos obliga a poner en marcha el corazón, quemando calorías, sino que además desarrolla considerablemente la musculatura.

La explicación es sencilla. Moverse a través del agua requiere de un mayor esfuerzo por parte de los músculos, en comparación con el movimiento fuera de la misma. De esta forma, los cuádriceps y las pantorrillas, principales músculos de las piernas, así como el abdomen, los glúteos e incluso los brazos, tienen que mantenerse activos para avanzar y mantener el equilibrio al mismo tiempo.

Esto, a la larga, te ayudará además a controlar o bajar de peso más rápido. Y es que se ha demostrado que la masa muscular quema muchas más calorías, incluso en reposo, que el tejido adiposo. Por tanto, cuanto más músculo tengas, más fácil te resultará bajar de peso.

Mejora la circulación

Este punto se lo debemos, principalmente, a la presión hidrostática. Cuando estás dentro del agua, el agua ejerce sobre tu cuerpo esta presión, que puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea al aumentar la presión en los vasos sanguíneos periféricos. Esto, en resumidas cuentas, facilita el retorno de la sangre a través de las venas hasta el corazón.

Por tanto, la hidrocaminata puede ayudarte a mejorar tu flujo sanguíneo, lo que a la larga significará beneficios para tu salud cardiovascular, además de una menor hinchazón en tu cuerpo. Este último efecto lo notarás especialmente en los pies, los tobillos y las piernas, que son las partes del cuerpo que entrarán en contacto con el agua.

Aumenta la flexibilidad y la movilidad

Uno de los principales beneficios de la caminata hidroeléctrica es que, además de ofrecer una eficiente quema de calorías y un trabajo continúo de los músculos, puede aumentar tu flexibilidad y tu movilidad.

Durante este ejercicio, tendrás que mover tus músculos y articulaciones en direcciones y ángulos distintos a cuando caminas sobre un terreno seco. Este mayor rango de movimiento ayudará a que la flexibilidad de tus músculos aumente. Además, dado que el agua ofrece resistencia, tendrás que hacer movimientos más suaves, pero menos restrictivos, lo que facilita la realización de ejercicios de estiramiento y movilidad.

Todo esto es bueno para cualquiera de nosotros, pero es especialmente beneficioso para aquellas personas que padecen dolores o rigidez en las articulaciones.

Mejora el equilibrio y la coordinación

Siguiendo con el punto anterior, la hidrocaminata también nos ayuda a desarrollar el equilibrio y la coordinación. El agua proporciona un entorno desafiante para el equilibrio, dada la resistencia, la flotabilidad y la falta de estabilidad que nos ofrece. Es decir, moverse por el agua requiere de mayor control muscular y de una mejor conciencia corporal.

Por eso, practicar la caminata hidroeléctrica de forma habitual puede ayudarnos a mejorar el equilibrio y la coordinación. A medida que vayamos avanzando y practicando, conseguiremos refinar algunos movimientos específicos, como levantar las rodillas, balancear los brazos o mantener la postura adecuada para no perder el equilibrio.

Puede ayudar a reducir el estrés

Por último, la hidrocaminata es uno de los muchos ejercicios que pueden ayudarnos a gestionar el estrés, reduciéndolo y acabando con sus efectos nocivos para la salud. Las razones por las que consigue este efecto son varias.

Para empezar, nos expone a ambientes relajados y naturales, que proporcionan sensación de paz y bienestar. El entorno acuático, ya sea en la playa o en el río, con el suave sonido del agua, nos ayuda a relajarnos. Esto, sumado a la sensación de flotación, contribuye en gran medida a reducir la ansiedad y el estrés con el que muchos lidiamos día a día.

Además, el ejercicio en general, el contacto con la naturaleza y el esfuerzo que implica moverse por el agua, desencadena la liberación de endorfinas. Esta hormona nos proporciona sensación de felicidad, bienestar y tranquilidad. Si, además, compartimos la experiencia con otras personas, y nos reímos y disfrutamos del momento, nuestro cuerpo nos recompensará con otras hormonas de la felicidad.

Todo esto, sumado a la atención plena que es necesaria para moverse por el agua, contribuye a reducir el estrés, mejorando la salud y el bienestar de nuestra mente.

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